8 nov 2016

Nueva heladería "Ramón Espinar"





Este utensilio, que nos recuerda el olor a barquillo y a fresa de nuestra infancia, está muy demandado en el mercado político español. No me esperaba que Ramón Espinar –que dice ser politólogo y a quien no veo la coherencia que tal profesión exige- ingresase en el gremio de los heladeros por la puerta grande (aunque su carrito sea pequeño).

No quiero pasar del prudente discurso al insulto. Por ello hablo del encantador carrito de los helados y no de los que pretenden vivir del oportunismo y del engaño al vulgo, al que desprecian.

Hay personas que, en cuanto pisan moqueta, sufren la transformación que el Mariscal Talleyrand padecía cuando diseñaba sus uniformes, atuendos que le hicieron merecedor del apelativo “Carnaval de la Gloria”.

Aparece en el panorama nacional otro “emprendedor”, como dijera Bárcenas.

No creo necesario decir más. A buen entendedor con pocas palabras basta.


La vanidad en hierba mala
que envenena toda huerta.
Es preciso estar alerta
manejando el azadón
aunque no falta el varón
que la siembra hasta en su puerta. 
 

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