Un nuevo paripé se presenta como gobierno. Salvo al decente de Rubalcaba, cuyo sufrimiento se verá acrecentado por las malas compañías impuestas por el díscolo Zapatero, pocos son salvables.
Una nueva etapa de desencanto que los ciudadanos padecen con humillación - que disfrazan de ignorancia-. Una etapa que concluirá con el nuevo susto de otras elecciones donde el voto de un nacionalista valdrá el doble o triple que el suyo y de donde saldrá la nueva España que, nuevamente, nos helará el corazón.
Queda poco para que este circo seudo-democrático acabe. Luego, no os quejéis, pues habréis alcanzado el límite de la desilusión y de la pobreza. De ahí vendrá el inevitable y drástico cambio.
¿Qué imagen poner para este desencanto? La que he puesto, sin duda.
Y, mientras tanto la oposición posible tarareando un "cara al sol" bastante ensombrecido.
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