5 feb 2017

TRUMP



Los nuevos tiempos parecen alterar el orden que venía siendo natural en el panorama político internacional y, como bien sabemos, cualquier desajuste de lo acomodado se acompaña de incertidumbre –parámetro que altera las expectativas de los operadores del corto plazo-. Esto que digo tiene protagonista principal: el señor Trump. 
Trump, de momento, intenta cumplir su programa y, nos guste o no, “hace” (de hacer cosas) verbo que no acompaña el comportamiento de muchos gobernantes que esconden en el término prudencia su inoperancia y miedo. Esto se le da muy bien a los gallegos. Conclusión Trump es valiente.
Trump, de momento, da juego para llenar cada día medio informativo y avivar tertulias donde quienes crean opinión (según se autodefinen) separan el bien y del mal con pronóstico reservado, por si hubiere que cambiar de bando al minuto siguiente. Excepción de aquellos que cotizan en nóminas estables – y creo que nos entendemos-.
Trump, de momento, está demostrando que no se puede gobernar a golpe de decreto porque los mecanismos establecidos son, como la nomenclatura, complejos e imprevisibles. Ir a contra corriente sin contar con una fiable sala de máquinas es complicado.
Trump (el que no iba a ganar) de momento ha ganado y de aquí en adelante veremos cómo el individuo lucha contra el sistema y se enfrenta a la nomenclatura.
De todos modos es de obligada cortesía felicitar el nuevo Presidente y desearle el mejor gobierno posible. Debemos otorgar el beneficio de la duda y saber esperar. El sistema ponderará ciertas intenciones e ideas iniciales. ¡Allí; seguro!

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