29 ene 2011

Prohibido prohibir

La eficacia no está, generalmente, en la prohibición o el castigo sino en la educación y el ejemplo. Estos gobernantes (y les llamo así por inercia, porque lo que es gobernar no gobiernan) están instalados en la sinrazón. Son como los ecologistas coñazos de décadas pasadas con aquello del calentamiento (por cierto este año ha hecho más frío que nunca y se echa de menos algo de calentamiento) y con la sostenibilidad; ¡que no nos sostengan tanto que nos están arruinando!
A lo que íbamos: prohibir puede ser contraproducente, sobre todo en un país de celtíberos (más celtas que íberos, según mi abuelo) ¿No sería mejor convencer? No se puede prohibir el tabaco manteniendo el negocio de tabacalera. Hacer tal es una hipocresía (también llamado fariseísmo). Una contradicción que dicen otros; vamos, una incongruencia, que decimos los demás.
Basta de Leyes y decretos que tenéis a la ciudadanía agobiada y, seguramente, fuera de la Ley pues hay tantas que siempre incumplimos alguna. Menos Leyes, más claritas y a cumplirlas todos. Digo todos, políticos incluidos.
Ah, se me olvidaba, ¿cuándo desmontamos la autonomías?

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