El pequeño Nicolás ha montado un "pollo
nacional" y, como suele ocurrir, divide las opiniones. Unos opinan que
dice verdad y que era un mandado o utilizado por ciertas instancias oficiales o
estamentos políticos. Otros que es un enfermo que padece megalomanía y, sobre aislados
puntos ciertos, monta una historia bien formada, con visos de posible y acomodada
a sus aspiraciones. Yo creo que esto último es más probable. Veamos la definición
de esta patología: Megalomanía es un estado psicopatológico caracterizado por delirios
de grandeza, poder, riqueza u omnipotencia. A menudo el término se asocia a una
obsesión compulsiva por tener el control. La palabra deriva de dos raíces
griegas, (grande) y manía (obsesión). A veces es un síntoma de desórdenes psicológicos como el complejo
de superioridad o la compulsión eufórica, donde el sujeto aquejado de esta
perturbación tiende a ver situaciones que no existen o a imaginarlas de una
forma tal que sólo él termina creyendo. Las puede emplear para manipular
sentimientos y situaciones de cualquier tipo. Es un mal estudiado por los
especialistas desde tiempos muy remotos. Los ejemplos más comunes son de
emperadores, monarcas, dictadores y de jefes de familia, entre otros. También
se puede interpretar como un desmedido afán de notoriedad.
Leído esto podemos ver que es muy probable que este
joven padezca este mal que, según tengo entendido, legalmente lo blinda como
inimputable y exento de pena, porque estos delirios son producto de una
enfermedad mental tipificada. Irresponsable legalmente, como su muy amigo J. C.
pues se puede demostrar que su comportamiento (y discurso) no obedece a otro
interés que los que se definen en la patología.
No creo que tenga más material sensible que sus
propios delirios. Desde luego documentos gráficos tiene unos cuantos. Se ha
fotografiado -dicho de forma vulgar- con todo bicho viviente. Y no hay nada de
malo en permitir que un chico educado, bien vestido y con pinta de meapilas se fotografíe a nuestro lado. De ahí a
que se le permita la entrada en una recepción real, hay un paso serio y
preocupante.
No creo que el CNI haya reclutado a este chico, por
muy aprovechables que sean sus cualidades y defectos -que en ciertas
operaciones lo podrían ser-. Ahí no colabora cualquiera. Esta institución es
algo más seria y no pondría en manos de un piante con el ego hecho polvo
información o gestión alguna. Sería como darle a un mono una granada de mano (sin
anilla). Que el Rey Don Juan Carlos le haya atendido su llamada es posible.
Primero porque Don Juan Carlos es una persona educada y cordial y, segundo,
porque llama alguien que dispone del número de su teléfono personal (que creo
no viene en la guía). A la Vicepresidenta le ha nacido un colaborador
supernumerario (no en diferido). La pobre, con lo sensata que es, debe estar
alucinando con este asunto.
La lista de los mencionados por el pequeño Nicolás
es extensa, como lo es la de los fotografiados -que no podrán desmentir su
instante gráfico-.
Este chico el único material
sensible del que puede disponer son sus documentos gráficos, de poco o escaso
valor, salvo el coleccionismo. Creo que es un enfermo que padece megalomanía
-que la forense determinó en primera instancia judicial- y que, como enfermo
mental, no será juzgado con severidad.
El pequeño Nicolás cree abierta su puerta a la
popularidad y, con ella, la del éxito pero la realidad tal vez sea otra muy
distinta. Puede que se haga merecedor del olvido y solamente pase a la galería
de las anécdotas.
El niño no dejó títere con cabeza. Bajo la
coletilla " Como ya dije..." Vamos, que tenemos el Estado en sus
manos y la Seguridad Nacional en su bolsillo. Es asombroso que alguien pique en
estos anzuelos como lo ha hecho, con las prisas que ordena la primicia, el
periodista Sr. Inda (supongo que por motivos mercantiles). Las supuestas altísimas gestiones del pequeño Nicolás,
presentadas con discurso ortopédico y bien actuado, son un insulto a la
inteligencia y quien crea tales historias, pues... sea anatema (por no usar el más
duro término de tonto).
En vez de hablar del tal Nicolás sería mejor
hacerlo de su amiga, que luce mejores atributos (c.q.d.). Tal vez por este camino encontremos la solución del enigma.
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