17 dic 2010

La importancia de los secretos de Assange

Un secreto deja de ser secreto cuando más de uno lo conoce. Si lo saben dos pueden conservar ese tratamiento durante un tiempo no demasiado largo. Pero de lo que se trata ahora es de la filtración de secretos de un gobierno. Poco a poco se van publicando y, por lo que he leído hasta ahora, son secretos que bien pueden ser extraídos de publicaciones de prensa.Valla secreto es que la ministra Carmen Chacón (la de la mochila) es inexperta, como si no se le notara a la legua. Es como decir que la ministra Pajín es inculta. La evidencia no es un secreto, sino una realidad.
El País ha creado un CNI particular y, en sus sótanos, aislados del cotilleo propio de esos ambientes, analiza y desmenuza los documentos recibidos como si de un gran tesoro se tratase. Juegan a los analistas-espías. Por lo que conozco de la profesión (que es suficiente) un periodista es un espía bastante malo pues suele anteponer su ego y el supuesto valor de la primicia a la realidad que cuentan con cuyo erróneo procedimiento publica una mentira con aproximación escasa a la verdad (generalmente ni contrastada ni bien narrada).
El gobierno de los Estados Unidos pretende defenderse como puede de la mala baba que tiene la filtración y, sobre todo, la divulgación de estos documentos pues, aunque sean de orden menor, no dejan de ser confidenciales. Creo que aquí se equivocan. La  simple negación aderezada con la indiferencia suele ser la mejor arma aunque también cabe la respuesta de intoxicar con más documentos elaborados "ad hoc". Atacar al rubio con denuncias inconsistentes no parece razonable. También es darle demasiada publicidad  lo que estorba soluciones posteriores. Allá él con el camino que ha elegido. Alguien (y no tiene porqué ser el primer perjudicado) encontrará alguna solución. Tal vez la que usted está pensando ahora.

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