4 feb 2011

Gaspar Zarrias, café para los amigos

Este señorito representa la realidad de Andalucía; En el Parlamento andaba con la "cucamona" votando a dos manos, trampilla que, por delegación, puede resultar hasta simpática. Ahora dice ser nieto e hijo de republicanos represaliados. La única verdad es que es hijo y nieto de republicanos. Asegura que a su abuelo lo fusilaron por rojo pero la verdad es que murió de un ictus cerebral (24.05.1940, según la historiadora Checa Godoy) y, cuando su abuelo fue alcalde de Cazalilla (Jaén) a la vez que Juez Municipal, organizó las Milicias que daban "el paseillo" a los contrarios. Esta es la realidad. Disculpo así la fama de su mala leche pues, conocido esto, se presenta como factor genético.
El tal Zarrias, cuyo peligro es conocido más allá de las fronteras andaluzas, dentro de sus amparos, ha invitado a café a un tal Cervantes, a quien ha propuesto para el Consejo Audiovisual de Andalucía (o algo así). Este patrocinado es de la misma calidad lactaria que el protagonista del artículo y, además, goza de "Pedigrí Cantimpalo".
Cree el PSOE, embelesado en el romanticismo de la época felipista, que recurriendo a piezas  o elementos de la estructura andaluza amortiguará su caída. Para los honestos del PSOE (que alguno quedará) diré que dar el salto en elecciones con esta mochila, a modo de paracaídas, es saltar con la caja de herramientas puesta a la espalda. Los ciudadanos no somos del todo tontos.

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