Confundir la austeridad con el ahorro es confundir el tocino con la velocidad. Hace tres años que vengo pregonando (a quienes soportan mis sermones) que hay que implantar la austeridad privada y pública. Esto, en la práctica, supone un gesto de valentía: hay que desmontar los reinos taifas (autonomías, ayuntamientos desmesurados, ministerios, Organismos Públicos que ninguna o poca utilidad tienen, etc.) El modelo de Estado actual, desde el punto de vista económico, es un traje para ricos y creo que somos pobres.
En el plano personal, si fuimos capaces de pasar del Seiscientos al BMW en dos generaciones, tendremos que aprender a bajar los escalones y pasar del BMW al Seiscientos, con carácter de urgencia.
Pero el gobierno no propugna austeridad, que sería lo correcto y disfraza el asunto con otro término menos drástico (y nada operativo) el ahorro. ¿Pero de donde vamos a ahorrar, si no tenemos dinero ni para comer? El término ahorro es una argucia improcedente. Es una maniobra más de entretenimiento para no tocar el sueldazo de tanto político inútil, para no mover el sillón a los cortesanos y para que el enchufado no altere su intención de voto. Desde luego, la democracia es carísima.
¿No nos damos cuenta de que las medias de parvulario que está dictando el gobierno son un engaño? Sustituir las bombillas si, pero según se vayan fundiendo o agotando pero no a base de millonadas ¡Que no tenemos! Que ya no somos pobres; hemos llegado al grado de míseros. Medidas de Perogrullo para parecer que se hace sin hacer. Bueno, hacer se hace, se entrampa más a este país.
Si el tal Rodríguez tuviese conocimiento o dignidad tendríamos elecciones ya. Pero… ¿y después? Desde luego Rajoy hace tiempo que salió del parvulario y no lo veo con el babi.
¿Lo de bajar la velocidad es necesario? Más correcto sería hacer cumplir las limitaciones existentes. Con esto se ahorraría lo mismo sin tener que poner pegatinas y sin gastar. Por el contrario, recaudando con multas impuestas a quienes andan a todo gas por la carretera (que no son pocos).
Yo no conozco las demás medidas pero las auguro costosas y poco efectivas pues viene del mismo púlpito. “De donde no hay, no se pué sacá”.
Si el lector ha tenido paciencia para leer y entender lo que quiero decir (que es más de lo que escribo) le interesará leer el artículo sobre Islandia, en este mismo blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario