Cuando murió en Argentina Eva Perón -"Evita"- se inició un concurso de nostalgia popular que ahora desemboca en esta parodia. Qué cierto es que un argentino siempre tiene un problema para cada solución.
Dentro de los papeles a escenificar por esta contemporánea "Evita" está el de reafirmar el populismo como única salida a su inestabilidad política y económica. De estas actuaciones forman parte Las Malvinas y, también, las nacionalizaciones. Entre ellas Repsol-YPF. Si nos remontamos a tiempos atrás, cuando Repsol -entre otras empresas españolas- se lanzó a la conquista de las américas, lo hizo con adarga antigua y al mejor estilo quijotesco que la ocasión permitió bajo el lema : ¡volvemos!.
¿Desconocemos que los argentinos descienden de "un barco" y que sus orígenes son tan diversos que han conseguido que una tierra rica sea paupérrima para sus habitantes? Los dirigentes de Repsol (supongo que animados y aplaudidos por los gobernantes del PSOE) iniciaron una aventura cuyo resultado es un embrollo calamitoso cuyo desenlace (aunque no llegue la sangre al río) pasa por un enfrentamiento. Plantar batalla a un argentino en el plano diplomático es perder la guerra. Otra solución es hacerlo "a la inglesa" -caso Malvinas-.
¿Y ahora, qué hacemos?
Si alguien quiere la solución que la demande (y esté dispuesto a pagarla).
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